Quiénes somos

Los Siervos de Jesús

Nuestra fundación se remonta al 25 de enero de 1971, por iniciativa del entonces laico José Manuel Pereda Crespo. Desde aquel momento, no sin dificultades y pasando por un largo periodo de conversión y purificación, hemos intentado «buscar y hallar la voluntad divina» respecto a nuestra vida y misión, bajo la guía espiritual de San Ignacio de Loyola, como la propone en sus Ejercicios Espirituales. Siervos de Jesús es nuestro nombre oficial desde el 31 de julio de 2003, festividad de San Ignacio.

El 19 de marzo de 2016, en la solemnidad de San José, Mons. Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla de los Ángeles (México), acepta la Sede Principal de la Sociedad en su archidiócesis.

El 31 de julio de 2019, Mons. Sánchez Espinosa proclamó, en Misa solemne, el Decreto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que dispone la transformación de la Sociedad de Vida Apostólica Siervos de Jesús en Instituto Religioso Clerical de Derecho Diocesano.

Nuestro nombre e identidad

Tenemos por nombre Siervos de Jesús y por lema «Ama y Sirve», porque, como discípulos de Cristo Jesús y miembros de su Iglesia, permaneciendo en Él (cf. Jn 15), buscamos «en todo amar y servir a su Divina Majestad».

Nuestra identidad como Siervos de Jesús encuentra su fuente en la amistad que el Hijo de Dios nos ofrece: «No os llamo ya siervos… a vosotros os he llamado amigos» (Jn 15,15); esta amistad nos permite seguirle en su misión de servicio: «Si yo, el Señor y Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros» (Jn 13,14; cf. Jn 12,26). En efecto, Jesucristo vivió su servicio terreno como obediencia amorosa al Padre, la cual redime a todos los hombres, y Él nos la dona como forma de vida.